En Chile, en los mayores de 59 años, las demencias generan un alto impacto en años de vida perdidos -ajustado por calidad y a nivel individual- en términos de pérdidas de salud, ponderadas por la preferencia social, superando a otros trastornos de salud (hipertensión, diabetes, dolor musculoesquelético crónico, depresión, entre otros).